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Justo Sierra Méndez

(1848-1912)
Nació en Campeche. Sus padres fueron Justo Sierra O’Reilly, célebre jurista yucateco, iniciador del periodismo literario en la península, y Concepción Méndez. De su padre, recibió el ejemplo de la actividad periodística, y de su abuelo materno (Santiago Méndez), la inclinación hacia la política, entendida como una entrega totalmente desinteresada para servir a México.
Sus estudios los inició en Campeche y los continuó en la de Mérida, hasta el año de 1861 en que murió su padre y la familia se trasladó a vivir a la ciudad de México. En esta ciudad estudió primero en el Liceo Franco-Mexicano y después en el Colegio de San Ildefonso que, en ese momento era la Escuela de Jurisprudencia, de donde sale como abogado en el año de 1871.

Desde 1868, Justo Sierra al lado del maestro Ignacio Altamirano, participó en veladas literarias y en la tribuna. Durante su primera etapa literaria, que se podría llamar ‘juvenil’, publicó «Cuentos literarios», la novela «El ángel del porvenir» en la revista El Renacimiento, la obra teatral «Piedad» y el poema «Playera». También escribió en los periódicos «El Domingo» y «El Siglo XIX».
Posteriormente, sus intereses se modificaron hacia la historia, la sociología y la educación. Estas cualidades se reflejan en sus escritos en «El Globo», «El Monitor Republicano», «El Federalista» «La Tribuna» y «La Libertad», periódico del que fue director hasta la muerte de su hermano Santiago Sierra, durante el duelo que sostuvo con Irineo Paz.
Desde 1877, Sierra se dedicaba ya a una de sus actividades preferidas, la de profesor de historia, la cual cultivó en medio de las actividades más absorbentes, hasta el fin de sus días. La historia lo apasionó siempre, por lo que además de impartir clases, también escribió diversas obras. Una de las más importantes es: Evolución política del pueblo mexicano, publicada por primera vez en México, su evolución social (1900-1902).

Siempre se preocupó por promover los distintos tipos de enseñanza: primaria, normal y preparatoria. Sin embargo, la idea que venía proponiendo desde 1881 era la de la creación de la Escuela de Altos Estudios. Su proyecto, finalmente se hizo realidad en la ley de 1910. Concebía a la Universidad como algo diferente a lo que había sido la institución colonial, o bien a lo que eran las universidades norteamericanas. Pensaba en una universidad que se apoyara en la realidad mexicana, que gozara de autonomía científica y atendiera las necesidades tanto de docencia como de investigación, la cual se realizaría en el campo de los estudios históricos, jurídicos, arqueológicos, económicos, literarios, políticos y artísticos.
Su labor en el área de instrucción pública fue muy importante. Ocupó el cargo de Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, del 1º de julio de 1905, al 28 de marzo de 1911, en que Porfirio Díaz solicitó la renuncia de todo su gabinete. De aquí que en julio de 1911, regresara a impartir su curso de historia a la Escuela Nacional Preparatoria.
Francisco Madero, durante su gobierno, lo nombró enviado extraordinario y Ministro Plenipotenciario de México en España, en donde falleció el 13 de septiembre de 1912. Posteriormente, en 1948 en el centenario de su nacimiento, sus restos fueron trasladados del Panteón Francés a la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón Civil.




2 Comments

  1. YONAHH abril 19, 2010

    HOLA CHIDO MEN TE LA
    RIFASTEE

  2. ANA-LY abril 22, 2011

    no pues si k la supiste hacer……!!!

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